Vivimos en un mundo lleno de opciones y alternativas, y las relaciones humanas no son la excepción. Nos encontramos con dos ejemplos perfectos; la monogamia y la poligamia, ambas relaciones tienen grandes contrastes y diferencias significativas. Veamos cómo éstas diferencias influyen en nuestras vidas y en nuestras sociedades.
Diferencias entre monogamia y poligamia
Empecemos a definir la monogamia como la práctica de tener una única pareja sexual o romántica. Este tipo de relación tiende a ser profundamente íntima, centrándose en el crecimiento emocional y el apoyo mutuo a lo largo del tiempo.
Por otro lado, la poligamia implica tener múltiples parejas sexuales o románticas al mismo tiempo. Este modelo de relación puede variar considerablemente según la cultura y las creencias individuales.
Veamos las principales diferencias:
Número de parejas
La diferencia más evidente entre la monogamia y la poligamia radica en el número de parejas involucradas. En las relaciones monógamas, se compromete exclusivamente con una sola pareja, estableciendo un sentido de exclusividad.
En la poligamia, una persona puede tener múltiples parejas simultáneamente, ya sea en forma de poligamia (un hombre con varias esposas) o poliandria (una mujer con varios esposos).
Exclusividad y compromiso
La monogamia, es un tipo de relación que no es para todos. Muchos piensan que mantener este nivel de compromiso es una tarea complicada, ya que requiere de exclusividad y de un gran sentido de compromiso entre dos personas. En estas relaciones se promueve la fidelidad emocional y sexual.
En contraste, la poligamia puede implicar diferentes niveles de compromiso y exclusividad. Todo va a depender de las normas y acuerdos establecidos dentro de cada relación. Recordemos que aquí se juega en un campo abierto, donde hay más jugadores y cada quien pone sus propias reglas.
Recursos y atención
En una relación monógama, puede ser más fácil centrarnos en una sola persona, tanto en términos económicos, de tiempo y emocionales. Por otro lado, en la poligamia, la distribución de estos recursos puede variar entre las diferentes parejas y esto puede generar tensiones y desafíos en la dinámica de la relación.
Aceptación Social
No es para nada extraño ver cómo una pareja monógama nace y se desenvuelve en la sociedad occidental actual; regidas por el principio de exclusividad y el compromiso mutuo. ¡Es la norma cultural dominante!
En cambio para las parejas polígamas no es el mismo escenario. Aunque históricamente hay culturas que viven bajo este concepto, estas relaciones son menos aceptadas en algunas culturas.
Gestión de celos
Los celos son una emoción natural que puede surgir en cualquier tipo de relación, independientemente de si es monógama o poligámica. Sin embargo, la forma en que se gestionan los celos puede variar significativamente según el tipo de relación. En las relaciones monógamas, los celos pueden surgir cuando alguna de las personas siente la amenaza de perder la exclusividad o la atención de su pareja.
En la poligamia, los celos pueden manifestarse de diversas formas; desde la competencia por la atención de la pareja hasta la comparación con otras personas. ¡Un juego algo difícil de gestionar!
Tanto la monogamia como la poligamia son formas legítimas de establecer relaciones afectivas, cada una con sus propias ventajas y desafíos. La elección entre uno u otro modelo depende de las preferencias individuales, los valores culturales y las circunstancias personales de cada quien.
Si hay algo cierto es que a más opciones y variedad, también hay más exigencias de tiempo, dinero y atenciones. Lo importante es mantener relaciones basadas en el respeto, la comunicación y la honestidad, independientemente del tipo de relación que se elija.